Hisilicon Balong
  • En «Corazón Palestino», abordas temas de amistad y desafíos adolescentes. ¿Qué tan importante crees que es tratar estos temas en la literatura juvenil?

Considero que abordar temas como la amistad u otros desafíos de la adolescencia a través de la literatura no sólo es bueno, sino también recomendable por varios motivos: les permite reflexionar sobre temas cercanos a ellos, fomenta el espíritu crítico, ofrece a nuestros adolescentes la posibilidad de sentirse identificados con algunos de los personajes de los libros, les puede hacer encontrar modelos a seguir, puede inspirarles, etc.

En ese sentido creo que la literatura más reciente puede llegar a conectar más con nuestros jóvenes por tratar quizá más actuales o simplemente porque se puedan ver reflejados en ellos. Evidentemente considero que la lectura de nuestros clásicos es necesaria y debe seguir trabajándose en las aulas porque nos acercan a la cultura o costumbres de otras épocas, facilitan la incorporación de nuevo vocabulario y frases que no utilizamos en nuestro día a día. Así que creo que como siempre en la variedad está el gusto, como casi todo en la vida.

  • Valentina, la protagonista de «Corazón Palestino», enfrenta cambios significativos en su vida familiar. ¿Hay aspectos de tu propia vida reflejados en el personaje de Valentina?

Totalmente. Mis padres se separaron justo el mes en el que yo aprobaba las oposiciones como profesora. Es cierto que yo era algo mayor que Valentina cuando sucedió, pero las situaciones que mis hermanos y yo vivimos fueron bastante más delicadas que las de ella y tuvimos que convivir con problemas de adicción al alcohol y al juego y todo lo que ello conlleva. Nos afectó a cada uno de los miembros de la familia de una manera u otra. Sé lo que se siente cuando se desmorona una familia, lo que se sufre, las pérdidas que conlleva, el desgaste emocional y los sentimientos encontrados con los que tropiezas por el camino. Valentina no sufre de manera tan desgarradora la separación de sus padres, pero al final como todo en la vida las comparaciones son odiosas, así que no se trata de quién sufre más o quién menos, sino de acompañar en el camino. 

  • Has trabajado como profesora de Educación Infantil durante más de dos décadas. ¿Cómo ha influido esta experiencia en tu manera de escribir y en los temas que eliges para tus libros?

No me considero escritora como tal, ojalá fuera capaz de escribir y transmitir con la sensibilidad de Eloy Moreno o Albert Espinosa, por ejemplo. O escribir algún día un buen libro para adultos con la sencillez, pero elegancia a la vez de algunas periodistas famosas como, Nieves Herrero, Sandra Barneda o Sonsoles Ónega. Tan sólo soy una mujer que durante el tiempo que pudo ejercer su profesión fue inmensamente feliz y que tras unos años complicados recién ha comenzado a explorar cómo plasmar por escrito sus emociones, ciertos sucesos y aquellas pequeñas o grandes cosas que le inquietan y llegan a su corazón. 

  • ¿Qué desafíos has enfrentado al escribir sobre un tema tan delicado y complejo como el conflicto palestino-israelí? ¿Cómo te aseguraste de tratarlo con el respeto y la sensibilidad que merece?

Creo que no queda un alma en el planeta que no se haya sentido sobrecogida ante la crisis humanitaria que lleva consigo el conflicto palestino-israelí. Entre esas almas se encuentran las de Valentina y la mía propia. 

El libro recoge algunas notas de prensa que ambas recopilamos, cada cual con un objetivo diferente. Están redactadas, de manera objetiva y literal, en algunas páginas y capítulos del libro.

Intenté abordar la redacción del manuscrito desde los vínculos de amistad que se establecen entre dos adolescentes. La amistad entre Valentina y Nael, los dos personajes claves del relato, es una manera simbólica de transmitir cómo debiera ser la relación entre los diferentes pueblos o naciones del mundo.

A lo largo del desarrollo de la historia intento mantener una postura neutral ante el conflicto palestino-israelí. En una de las páginas Nael, pese a ser de procedencia palestina, confiesa a Valentina: “Una guerra nunca tener sentido. ¿Por qué no vivir en paz los dos pueblos?”. 

Obra de Laura Sorlózano Trigos. Corazón Palestino.
  • ¿Qué mensaje esperas que los lectores jóvenes se lleven de «Corazón Palestino»? ¿Cómo esperas que esta obra impacte en su manera de ver el mundo?

Creo que el manuscrito no revela ningún mensaje que no conozcamos ya. Es un mensaje que debe seguir reivindicándose y no es otro que “la tolerancia y el respeto” entre seres humanos ya sea por razón de raza, cultura, identidad de género, orientación sexual, etc. 

Vivimos en un mundo conectado, pero a menudo solitario, en el que el consumismo y el “yoísmo” nos alejan los unos de los otros. A veces, intentando solucionar nuestros propios problemas, vivimos ignorando lo que sucede a otras personas e inclusive damos la espalda a los problemas que afectan más allá de nuestro entorno más inmediato. 

Lo que intento con mi segunda publicación es llegar a los más jóvenes a través de las líneas del relato. Despertar su espíritu crítico para reflexionar acerca del conflicto social y armado, pero también acerca de otros aspectos de gran relevancia. No sé si este manuscrito impactará o no sobre su manera de ver el mundo. Lo que sí espero y deseo es que sean conscientes de que todos disponemos de herramientas y recursos diferentes a nuestro alcance para ayudar a los demás de alguna manera, ya sea con nuestro tiempo, nuestras manos, nuestras voces, nuestras donaciones económicas, etc. Tan sólo es cuestión que querer hacerlo. Sólo desde la cooperación podremos avanzar hacia un camino más solidario y más justo para todos los seres humanos.

  • La escritura se ha convertido en una herramienta poderosa para ti. ¿Qué consejo le darías a alguien que está pasando por una situación difícil y está considerando utilizar la escritura como una forma de expresión y sanación?

Yo creo que lo primero que diría a una persona que se encuentre transitando una situación difícil lo primero que debe intentar hacer es reencontrase a sí misma, quererse, valorarse a pesar de todo e intentar ser lo más feliz posible. En ese intentar ser lo más feliz posible le invito a buscar qué personas, qué cosas o lugares le hace sentirse mejor. No hay persona idéntica a otra así que a algunas personas quizá les aporte tejer, pintar o cocinar, a otras escuchar o componer música, a otras bailar, correr o escalar montañas… y otras quizá se encuentren en un momento en el cual necesiten expresar de alguna manera su imaginación, sus vivencias, sus emociones, sus miedos, sus ilusiones, … Si llega el caso de que esté considerando utilizar la escritura como una forma de expresión les diría que se escuche y que escriba para sí mismo, que escriba sobre aquello que mueva su alma en ese momento. No importa que tan bonito redacte, sino que ello le ayude de alguna manera en su propio proceso de sanación.

  • Tu transición de ser profesora a autora es notable. ¿Cómo ha sido este cambio para ti y qué diferencias encuentras entre enseñar a los niños y llegar a ellos a través de tus libros?

El cambio ha sido complejo de asumir para mí porque era muy feliz desarrollando día a día mi profesión. No negaré que las vacaciones se agradecen como en todo trabajo, para descansar, retomar fuerzas y continuar dando lo mejor de cada uno. Pero al igual que ser profesora de Educación Infantil supone cierto desgaste físico, es un trabajo muy gratificante para todo aquel que disfrute viendo crecer a los más pequeños y desarrollarse. 

El mayor cambio sin duda alguna es el trato con ellos. Es un dar y recibir más directo. Cuando escribo algo para intentar llegar hasta ellos me falta ese feedback in situ. Pero ahora debo soltar y ser de otra manera.

  • En tus libros abordas temas complejos y emocionales. ¿Cómo encuentras el equilibrio entre ser accesible para los jóvenes lectores y no subestimar su capacidad de comprender y reflexionar sobre estos temas profundos?

Creo que mi experiencia como docente influye en aquello que escribo porque soy consciente de que acercar el lenguaje a los más pequeños no significa infantilizarlo en ningún momento. Así mismo, considero que no debemos evitar hablar con los niños o adolescentes temas que consideramos delicados, duros o tristes como por ejemplo lo son la muerte o la sexualidad. A veces intentamos obviarlos porque en el fondo hablar y tratar con ellos sobre estos temas nos produce cierto dolor e incomodidad a nosotros mismos. Sin duda alguna debemos superar nuestras propias barreras como adultos y acercarnos hasta ellos para prepararlos lo mejor que podemos o sabemos hacerlo.

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