Carlos Babot Gutiérrez "La realidad de una decadencia"Carlos Babot Gutiérrez "La realidad de una decadencia"

¿Qué te motivó a escribir La realidad de una decadencia (1750 – 1939) y qué aspectos principales abordas en esta obra?

Mi pasión por el siglo XIX y las relaciones diplomáticas entre la Francia revolucionaria y la España absolutista. ¿Y el motivo principal? Intentar comprender por qué España combatió contra ese “cambio” que ofrecía la Revolución Francesa. Es preciso recordar que en realidad el Antiguo Régimen —ese sistema político, social y económico que encontramos entre los siglos XVII y XIX— fue una creación por parte de las monarquías europeas de principios del siglo XVII para mantenerse en Europa y potenciar la imagen de poder del monarca (un claro ejemplo fue Luis XIV). En el caso de España, cuando decidió cambiar ese modelo —el Antiguo Régimen—, ya era demasiado tarde; en efecto, todos los procesos históricos que se producen desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX son fruto de dicha oportunidad perdida que ofreció la Revolución Francesa. 

¿Por qué decidiste centrarte en el periodo comprendido entre 1750 y 1939 en tu libro?

Para entender el antes, el durante y el después de cada uno de los diferentes procesos históricos que marcaron el siglo XIX y XX en la Historia Contemporánea de España, iniciando con el Antiguo Régimen y finalizando con la Dictadura.

¿Qué papel juega España en el contexto de la decadencia que describes en tu libro?

La España del siglo XIX evoluciona e involuciona al mismo ritmo. Un ejemplo claro es la economía española: mientras que Europa ha dejado atrás prácticamente el sector primario para abrazar el capitalismo del siglo XIX, la agricultura persistirá como el principal motor económico en España. Asimismo, las ciudades —escenarios donde nace la industria— en España no crecen hasta finales de siglo; la burguesía, por su parte, se arraiga al capitalismo sin tener en cuenta los factores necesarios para evolucionar (como bien diría Manuel Tuñón de Lara). Y otro ejemplo sería la corrupción política. El caciquismo fue el motor del bipartidismo y a la vez el impulso del progreso en España. ¿Por qué? Con palabras de Carmelo Romero Salvador, «por los intercambios de favores o las concesiones a nivel local»; es decir, intercambiaban un voto por una carretera.

¿Cuál consideras que fue el momento más crítico para España durante el siglo XIX en términos de su decadencia?

El retorno de Fernando VII (Tratado de Valençay, 1813) significó la principal involución española. ¿Motivo? La sed de venganza del monarca contra algunos sectores de la sociedad española que sí estaban dispuestos a aceptar el reto del cambio a través de algunas reformas. A mi juicio, ese fue uno de los momentos más críticos de la decadencia de España. Pese a que hubo momentos concretos en los que se intentó “modernizar” España, ya llegaban tarde en comparación con el resto de Europa.

¿Cómo crees que la historia contemporánea de España del siglo XIX se diferencia de la de otras naciones europeas?

Evidentemente, cada nación europea tiene su propia Historia; no obstante, todas nacen a partir de un patrón común: la Francia revolucionaria y el Imperio Napoleónico. Pero España, uno de los casos excepcionales de la época, no fue “conquistada” ni por los ideales revolucionarios ni por la administración del Imperio.

Otra gran diferencia sería la relacionada a con la involución colonial. Si una cosa caracteriza al siglo XIX es esa carrera por el Imperialismo. Paralelamente, España —que había sido hasta entonces una de las grandes potencias coloniales de Europa desde el siglo XV— pierde los Virreinatos, aunque en la política contemporánea no se hablará de independencia sino de emancipación, que suena más suave; y lo único que le queda es Cuba, Filipinas y Marruecos. Sin embargo, esta última colonia no tendrá importancia para España hasta la crisis de 1898.

Y un último ejemplo de esa diferencia entre España y el resto de Europa es la industrialización. Durante el siglo XIX, Europa vive su segunda revolución industrial y tanto la demografía, las ciudades y las condiciones de vida aumentan. En España pasa todo lo contrario; la industrialización no es el principal motor económico, ya que lo sigue siendo (hasta bien entrado los años cincuenta del XX) la agricultura (muy rudimentaria).

¿Qué te llevó a enfocarte específicamente en la historia contemporánea de España y, en particular, en el periodo que abarca tu libro?

En concreto, un personaje histórico: Napoleón Bonaparte. Después de varios años leyendo biografías suyas como la de Andrew Roberts (para mí, la mejor) quise buscar una conexión entre mi personaje y la Historia de España. Y ese vínculo entre ambos fue la Guerra Peninsular (1808 – 1813). Es verdad que durante el siglo XVIII y XIX Francia y España mantuvieron relaciones diplomáticas, pero ninguna comparada como lo fue durante la época napoleónica. Ese nexo entre dos sistemas políticos totalmente diferentes —no hay que olvidar que la España de finales del siglo XVIII y principios del XIX vivía en el Antiguo Régimen— fue lo que motivó a introducirme en la Historia contemporánea de España.

¿Cómo describirías el proceso de investigación que llevaste a cabo para escribir La realidad de una decadencia?

Tanto la Biblioteca Nacional de España (BNE) como los Archives Nationales de France (ANF) han sido mi mayor recurso a la hora de elaborar este libro. Por una parte, la BNE me ofreció una amplia colección de periódicos de época —muy numerosos y diversos a partir de la libertad de prensa en el Trienio Liberal (1820 – 1823)— que utilicé con el propósito de “meterme” dentro de la sociedad de la época, así como para conocer las opiniones, las realidades y la censura. Por otra parte, los ANF me sirvieron para comprender el periodo revolucionario y las relaciones diplomáticas entre la Monarquía Española y la Francia revolucionaria; con especial énfasis en los tratados de paz (como el de San Ildefonso), o bien de cooperación (el Tratado de Fontainebleau), que corresponden a algunas de mis principales fuentes de investigación.

¿Cuál consideras que es el principal mensaje que los lectores deben llevarse después de leer tu libro?

El mensaje es claro, el propio título lo dice.

¿Cómo describirías tu experiencia como investigador del siglo XIX en la Biblioteca Nacional de España y tus actividades en otras instituciones académicas?

Necesaria. Los documentos de época son esenciales. No puedes escribir un libro de Historia leyendo solo unos cuantos libros. Y como he dicho antes, es imprescindible ir a los archivos, beber de las fuentes primarias y aprovechar su riqueza histórica.


Biografía del autor

Es investigador del siglo XIX en la Biblioteca Nacional de España (BNE) y Enquêteur en los Archives Nationales de France (Révolution, Consulat, Empire). También forma parte de la Asociación de Historia Contemporánea (AHC) y es miembro lector en la Fondation Napoleon. Ha escrito varios artículos de divulgación histórica (en línea) como Los nombres de la Guerra o Los últimos días de la Humanidad, así como también el libro Compendio de Documentos (1808 – 1946). Y actualmente acaba de publicar en Círculo Rojo su segundo libro, La realidad de una decadencia 1750 – 1939.

Carlos Babot Gutiérrez "La realidad de una decadencia"
Carlos Babot Gutiérrez «La realidad de una decadencia»

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