“Si pudiera contarte” se presenta como una novela cargada de emociones, pero también con intriga y humor. ¿Cómo lograste equilibrar tantos elementos distintos en una misma historia?

Con esta historia quise adentrarme en las profundidades de las relaciones humanas y que el componente emocional cobrase un mayor protagonismo, si lo comparamos con mis últimas novelas. También es cierto que, mientras se gestaba esta historia, falleció mi padre, así que supongo que mi propio estado emocional se ha visto reflejado en la trama y en los personajes. 

Por otra parte, he querido mantener el halo de intriga y suspense que tenía mi novela anterior, “Atrapados en el Atenea Palace”, ya que disfruté mucho durante el proceso de creación tanto con la historia como con los giros argumentales. Y aunque no quería repetir con una temática similar, sí que quería mantener al lector enganchado entre sus páginas hasta el final. 

En cuanto al humor, es algo fundamental en mi vida. Esta novela tiene un componente emocional muy grande, pero también quería que contase con ciertas dosis de humor que, de algún modo, pudiesen relajar un poco la tensión que viven sus personajes en ciertos momentos.

Has comentado que esta novela forma parte de una bilogía que podría convertirse en una trilogía. ¿Cómo ha sido la experiencia de desarrollar un universo narrativo que se extiende a través de varias obras?

Efectivamente, ambas novelas forman parte de una bilogía, aunque me gustaría aclarar que las dos se pueden leer de forma totalmente independiente. Es decir, perfectamente se podrían considerar autoconclusivas. Y es cierto que puede acabar habiendo una tercera parte, ya que el guión sobre lo que versará esa historia ya se encuentra dentro de mi cabeza, pero todavía no tengo nada escrito. 

El 2024 ha sido un año muy intenso para mí, así que prefiero tomármelo con algo más de calma y de momento seguir disfrutando tanto de “Atrapados en el Atenea Palace” como de “Si pudiera contarte”. 

El grupo protagonista de “Si pudiera contarte” enfrenta secretos que los marcan profundamente. ¿Qué te inspiró a crear una trama tan centrada en lo que ocultamos y lo que revelamos?

Más que una trama centrada en lo que ocultamos y lo que revelamos, lo que yo quería resaltar es la importancia de la comunicación y lo que a veces nos cuesta expresar nuestras emociones y nuestros sentimientos, algo que ya se pone de manifiesto en el propio título de la novela. 

Por otra parte, para mí también era muy importante hablar de la salud mental. Los personajes de esta obra tienen sus propios fantasmas, y algunos de ellos han vivido situaciones tan traumáticas que a cualquiera le podrían superar. 

Tu carrera profesional está ligada al ámbito de la seguridad y salud laboral, algo que parece alejado del mundo literario. ¿Cómo encuentras el tiempo y la inspiración para escribir en medio de tus responsabilidades laborales?

Desde que tengo uso de razón mi verdadera vocación ha sido  la escritura, algo que llevo haciendo desde que era una niña, aunque también he tenido los pies sobre la tierra y he sido bastante consciente de lo difícil que es hacerse un hueco en este mundo, por lo que siempre he tenido muy claro que debía labrarme una carrera profesional, de ahí que la formación para mí haya sido muy importante. 

Por otra parte, siempre he sido una persona que se suele ir más bien tarde a dormir. Para mí la noche es el mejor momento a la hora de escribir. En cuanto a la inspiración, ésta llega en los lugares y momentos más inverosímiles. Por eso siempre voy acompañada de una libreta y de un bolígrafo con el que poder apuntar cuanto se me va ocurriendo en esos instantes. 

Respecto a mis responsabilidades laborales, por circunstancias de la vida, en un momento determinado dejé de trabajar, así que ahora me dedico al cien por cien a la literatura.

Obra de Ana Martín Rebollo.

En tu trayectoria has publicado varios libros con temáticas diversas. ¿Cómo ha evolucionado tu estilo de escritura desde “¡No me hagas daño!” hasta esta última obra?

Claramente  ha habido una evolución entre las cuatro novelas. “¡No me hagas daño!” va dirigida al público adulto. En ella se cuenta la historia de cuatro mujeres cuyas vidas se entrelazan. Las cuatro tienen algo en común, y es que han sufrido violencia física y psicológica por parte de personas muy cercanas a ellas. Es una historia dura, y aunque tuvo muy buena acogida no deja de narrar unos hechos que según el estado emocional pueden resultar difíciles de leer. 

Tanto “El diario de Mar O´Neil” como “Atrapados en el Atenea Palace” fueron escritas para que mi hija de trece años también las pudiese leer, y “Si pudiera contarte” está a medio camino entre la primera y las dos que la siguieron. 

Creo que tanto con “Atrapados en el Atenea Palace” como con “Si pudiera contarte” he encontrado un estilo y una manera de escribir con los que, al menos en el momento actual, me identifico más.

Muchos escritores enfrentan miedos al exponer su trabajo al público. En tu caso, ¿cómo vives ese momento en el que tus historias llegan a las manos de los lectores?

En mi caso particular, mi mayor miedo es la parte previa, cuando estoy en pleno proceso creativo. Soy una persona extremadamente reservada en ese aspecto, y ni siquiera mi entorno más cercano ha leído ninguna de mis obras hasta que éstas se han publicado. En cuanto al momento en el  que mis novelas llegan a manos de los lectores, lo vivo con cierto nerviosismo (pero nerviosismo del bueno) y con mucha ilusión. No tengo miedo a la hora de enfrentarme a los lectores en presentaciones o en ferias del libro. Para mí, esos instantes son algunos de los mejores de esta experiencia, poder interactuar con el público, además de la gente que he conocido y con la que he coincidido por el camino.

Ana Martín Rebollo, autor de la obra.

La trama de tu novela tiene un componente importante de secretos y confesiones. Como autora, ¿hay algún mensaje que esperes que los lectores se lleven tras terminar de leer “Si pudiera contarte”?

Básicamente, lo importante que es la comunicación y poder expresar las emociones y los sentimientos sin miedo al qué dirán o a cómo podrán afectar a la otra persona. Muchas veces, cuando nos sentimos mal es importante poder contarle a alguien lo que nos está pasando, aunque se trate de un profesional, para que, de alguna manera, podamos sanar. Lo que no es bueno es que nos guardemos todas nuestras emociones dentro y no las saquemos  al exterior. 

Además de este componente, me encantaría que esta novela atrapase al lector desde la primera página, mantuviese su interés durante toda su lectura, y al final de la misma, sintiese una gran satisfacción y  una pequeña sensación de paz.

Por último, sabemos que el arte no siempre es fácil de compaginar con la vida diaria. ¿Qué consejo le darías a alguien que sueña con dedicarse a escribir, pero teme no poder hacerlo realidad?

Pues le diría que los sueños a veces se cumplen, que no renuncie a ellos y que trabaje por lo que quiere. Pero también le diría que mantenga los pies sobre la tierra y que se labre un futuro profesional. Yo en ese sentido he tenido suerte. Siempre he tenido clara la importancia de la formación y de marcarme un camino laboral al margen de la escritura, pero nunca he renunciado a mis sueños, he luchado por lo que he querido y siempre he contado con el apoyo incondicional de toda mi familia.

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