• Tu novela, ‘El trébol de cuatro hojas’, explora un cruce entre la biología marina, la música y las artes gráficas. ¿Cómo surgió la idea de combinar estos temas aparentemente tan dispares en una sola obra?

Pues porque en realidad las diferentes temáticas corren a cargo de diferentes personajes, haciendo muy sencilla la combinación entre ellas. Además, la ciencia y las artes no deberían de ser considerados como temas tan dispares, sino como perfectamente afines y coexistentes.

  • Andrea, la protagonista de tu novela, emprende un viaje físico e introspectivo. ¿Cómo se relacionan sus búsquedas personales con los temas científicos y artísticos que aparecen en la trama?

El detonante de la historia es un encargo de trabajo en un momento que la protagonista había reservado para la lectura y el ocio. Se menciona que ella tiene formación musical y que le hubiese encantado haberse dedicado profesionalmente a la música. Con esa predisposición, no es extraño que se sienta especialmente atraída hacia personalidades que comparten sus mismas inclinaciones.

  • Dado tu background en música, ¿qué papel juega la música en la narrativa de ‘El trébol de cuatro hojas’? ¿Hay alguna influencia directa de tu experiencia musical en la construcción de la historia o los personajes?

En realidad no hay en los personajes una influencia directa de mi formación más allá de que dos de ellos son profesionales de la música clásica. Sí que es verdad que me gusta tener presente este mundo en la historia porque, por desgracia, sigue siendo bastante desconocido fuera de los que pertenecemos a ese gremio, y no debería de ser así. Con ello, pretendo acercar un poco la cultura musical de períodos que todavía hoy, se antojan como elitistas y desconocidos.

  • En tu obra, la biología marina es una parte fundamental. ¿Cómo has integrado tu conocimiento y pasión por esta disciplina en el desarrollo de la trama y los personajes?

Tuve que recurrir a profesionales en el campo de la biología. No tengo conocimientos al respecto y temía poder meter la pata incorporando información no verídica. Afortunadamente, tengo a personas en mi entorno que me ayudaron y explicaron con detalle las posibilidades de la explotación de esturión que se describen en la trama.

El trébol de cuatro hojas. Obra de Nice Vizoso Chao.
  • ¿Qué desafíos encontraste al escribir una novela que entrelaza elementos de ciencia y arte? ¿Hubo algún momento en el que temieras que estas disciplinas pudieran chocar o no encajar bien en la historia?

Es que en realidad no son disciplinas que choquen en absoluto. Tenemos la concepción de que una persona  parece que sólo puede profesionalizarse o conocer una única rama de conocimiento cuando, en realidad, no  debería de ser así. La ciencia y el arte no tienen por qué ser dispares, eso no son más que prejuicios basados en el gusto.

  • En tu carrera como compositora y directora de orquesta, ¿cómo influyen esos roles en tu escritura literaria? ¿Hay algún paralelismo entre la estructura de una sinfonía y la estructura de una novela?

Sí y no. Definitivamente para cualquier creación tiene que haber una ordenación previa de elementos. Puede ser un planteamiento preestablecido o basado en la casuística de una invención propia, pero desde luego la creación siempre va acompañada de un trabajo metódico que la estructura y le da sentido.

  • ¿Qué esperas que los lectores se lleven de ‘El trébol de cuatro hojas’? ¿Hay algún mensaje o reflexión particular que quisieras que el libro transmita?

Quizás reflexionar sobre lo inevitable de que a veces te ocurran cosas que no deseas, pero que terminan por convertirse en situaciones vitales que pueden acabar por hacerte bien. La capacidad adaptativa de los personajes ante las situaciones tan fortuitas que viven me parece un ejemplo a seguir. Es a eso a lo que aspiro yo como creadora de esas personalidades.

  • ¿Cómo fue el proceso de creación de tu primera novela? ¿Hubo algún momento en que te sintieras insegura o te cuestionaras tu capacidad para combinar estos distintos campos artísticos en una sola obra?

Siempre se tiene miedo a no gustar y que los demás juzguen mal un trabajo al que has dedicado tiempo, esfuerzo y ganas. Pero creo que es mejor ser valiente e intentarlo que preguntarme qué hubiese podido pasar de haberlo hecho. Me gusta escribir y me lo he pasado realmente bien con esta novela, si soy capaz de transmitir mi disfrute a los lectores ( y hacerles reír aunque sea un poquito), me doy por plenamente satisfecha.

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