• Lucía, tu trayectoria como psicoterapeuta y coach es impresionante, ¿cómo ha influido tu experiencia multicultural en la creación del método I AM Experience?

Vivir en tantos países diferentes, siempre sola, me ha enseñado a ser resiliente y constante. Cuando aprendes que el cambio es lo único constante en la vida, tu percepción se llena de confianza, y esto es un pilar fundamental en mi terapia. Enseño resiliencia para no temer a los nuevos comienzos y constancia para alcanzar las metas. Además, vivir en diferentes países me ha enriquecido culturalmente, especialmente en el ámbito culinario, lo que utilizo para enseñar a mis clientes a alimentarse de manera sana y deliciosa. Me siento afortunada de poder compartir en mis terapias no solo mi conocimiento intelectual, sino también mis experiencias vividas.

  • En tu libro «Yo (no) quiero mi metamorfosis», utilizas la metáfora de la mariposa para hablar de transformación personal. ¿Podrías contarnos más sobre cómo surgió esta idea y qué significa para ti?

La metáfora de la mariposa surgió cuando, estando en mi casa en Londres, observé cómo una mariposa llegó a mi jardín. Dos días después, regresó y murió en el mismo lugar donde se posó inicialmente. Comprendí el recorrido que hizo para convertirse en una mariposa tan majestuosa, y eso me inspiró a utilizarla como símbolo del camino hacia nuestra evolución y nuestra mejor versión. Considero que es una analogía muy hermosa, femenina y real. Fue un momento inspirador en mi vida y una anécdota que recordaré para siempre

  • Ayudar a las mujeres a alcanzar su máximo potencial es un tema central en tu trabajo. ¿Qué te motivó a enfocarte en el empoderamiento femenino y cómo ves su evolución en el contexto actual?

Lo que me motiva día a día es mostrar el valor que cada uno tiene. Empoderarse es saber cual es tu poder y utilizarlo diariamente en tu presente y en tu día a día.

El contexto actual no es fácil de llevar y no es por la violencia o lo que llaman el patriarcado. Es porque dentro de nosotras tenemos creencias provenientes de nuestra infancia; miedos, frustraciones y sobre todo abandono y rechazo. El ser capaces de reconocer nuestras heridas nos da empoderamiento ya que al sanarlas usamos nuestro poder. Esta es la razón por la cual escribí este libro

  • Has trabajado en reconocidos restaurantes Michelin en Francia. ¿Cómo integras tu pasión por la gastronomía con tu enfoque terapéutico en el bienestar emocional y la autoaceptación?

La cocina en restauración es muy dura y sobre todo sumamente estresante, pero haber tenido la oportunidad de trabajar en la creme de la creme me hizo saber que era la constancia y la resiliencia. Estos valores son esenciales para el bienestar emocional ya que la vida es un constante cambio y si no somos resilientes estaremos siempre peleando con la vida.

Obra de Lucía Sedini.

La gastronomía es una pasión para mi cuando la dedico a cocinar platillos de macrobiótica que ayudan a estabilizar y empoderar nuestra feminidad y nuestro poder. 

  • «Yo (no) quiero mi metamorfosis» incluye herramientas prácticas como la ‘brújula de la congruencia’ y el ‘botiquín de amor propio’. ¿Podrías explicar cómo estos recursos pueden ayudar a las lectoras a superar la baja autoestima y el autosabotaje?

Las herramientas del libro nos ayudan increíblemente en nuestra autoestima porque practicamos la congruencia y cuando somos congruentes en acciones a nuestro amor propio, entonces crece la autoestima. El autosabotaje tiene distintos síntomas, pero todos vienen de la enfermedad de no haber sanado la herida interior. Los ejercicios te muestran cuales son esas heridas y en cómo te autosaboteas, para luego darte la herramienta exacta para elegir distinto. Resiliencia y constancia son la clave para toda la metamorfosis.

  • La conexión entre alimentación energética y bienestar emocional es un pilar en tu terapia. ¿Podrías compartir algunos consejos sobre cómo podemos mejorar nuestra salud emocional a través de la alimentación?

“La relación entre nuestro sistema digestivo y nuestro cerebro se conoce como el eje intestino-cerebro. Este eje es una red bidireccional de comunicación que implica mecanismos hormonales, inmunológicos y neuronales. Cuando comemos, no solo estamos nutriendo nuestro cuerpo, sino también influenciando este complejo sistema de comunicación.

Los alimentos ricos en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales, antioxidantes y fibras tienen un impacto positivo en nuestra salud mental. Por ejemplo, las dietas ricas en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras pueden mejorar nuestro estado de ánimo y niveles de energía. En contraste, el consumo excesivo de alimentos procesados y altos en azúcares y grasas saturadas puede llevar a sentimientos de letargo, irritabilidad y depresión.”

*De mi libro comida energetica.

Cada vez que comemos, metemos un tipo de energía en el cuerpo. Es por esto que debemos darle mucha importancia a la comida y al cómo comemos. 

Tips cruciales es comer alimentos de energía constante como es lo integral, dejando de lado toda harina blanca. No comer fruta de postre ya que la putrefacción comienza antes de la digestión y sobre todo reconocer que tipo de cuerpo eres para saber que necesitas comer.

  • Para aquellos que están comenzando su camino hacia la autoaceptación y la realización personal, ¿qué mensaje o consejo les darías para iniciar este viaje con confianza y compasión?

La confianza la podemos lograr día a día cumpliendo lo que nos prometemos a nosotros mismos. Cuando no nos fallamos y estamos ahí para nosotros es que podemos confiar y tener confianza. 

La compasión no es sentir pena por alguien, sino que significa que te gustaría que esa persona no estuviera pasando por un momento malo. La pena deja al otro como víctima, la compasión la empodera. Cuando dejamos de sentir lástima por nosotros y si comenzamos a tener compasión,  es que nos volvemos responsables, y por consiguiente compasivos con nosotros mismos.

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