- ¿Qué te inspiró a crear «Maestro Ju» y cómo surgió la idea de mezclar ilustraciones artísticas con inteligencia artificial?
Todo comenzó con una serie de dibujos que fui creando a lo largo de los años. No eran dibujos comunes, eran únicos, como si provinieran de otras galaxias. Siempre sentí que debía compartirlos con el mundo, darles vida y sacarlos a la luz, pero no sabía cómo hacerlo. Durante ese proceso, viví una serie de acontecimientos que me llevaron a un cambio profundo en mi vida, conectándome plenamente con mis sentimientos. Fue entonces cuando esos sentimientos se transformaron en mensajes muy puros y llenos de sabiduría. Ahí fue cuando me di cuenta de que era la combinación perfecta para dar vida a Maestro Ju era unir esas ilustraciones con los mensajes que estaba recibiendo.
- En la obra, invitas al lector a una profunda reflexión interna. ¿Qué descubrimientos personales has hecho a lo largo de este viaje espiritual que compartes con los lectores?
A lo largo de este viaje espiritual, he descubierto muchas cosas sobre mí mismo, pero lo más importante ha sido aprender a escuchar mi voz interna. En el proceso de crear Maestro Ju, me di cuenta de que muchas veces nos dejamos llevar por los pensamientos de la mente, por lo que creemos que deberíamos hacer, en lugar de conectar con lo que realmente sentimos en el alma. Fue un reto aprender a diferenciar esas dos voces, pero al hacerlo, encontré una verdad más profunda en mí mismo.
Además, me di cuenta de que cada desafío que enfrenté, desde los cambios de vida hasta los momentos de incertidumbre, formaba parte de un proceso de crecimiento y transformación. Esas experiencias me ayudaron a conectar con los sentimientos más auténticos, a confiar en mi intuición y a volcar todo eso en Maestro Ju. Mi deseo es que los lectores puedan encontrar ese mismo espacio de reflexión, ese lugar donde la mente se calla y el alma toma la palabra.
- ¿Cómo fue el proceso de creación de las imágenes en «Maestro Ju»? ¿Te resultó más difícil o liberador trabajar con la ayuda de la tecnología?
El proceso de creación de las imágenes en Maestro Ju fue muy especial, porque combinó mi propia creatividad artística con la tecnología. Comencé con mis dibujos, aquellos que había estado creando durante años y que siempre me parecieron únicos, como si vinieran de otro lugar. La parte difícil fue encontrar la manera de llevarlos al siguiente nivel, de darles vida.
Utilizar la inteligencia artificial fue un descubrimiento liberador. Al principio, tenía dudas sobre si la tecnología podría captar la esencia de mis ilustraciones, pero el proceso resultó ser una especie de colaboración creativa. La IA me permitió explorar posibilidades que no había imaginado, añadiendo detalles y texturas que llevaron mis dibujos a un lugar aún más especial. Ver cómo la tecnología se complementaba con mi visión artística, potenciándola sin perder el toque personal.
Este proceso me mostró que, al combinar lo humano con lo digital, se pueden crear cosas increíbles. Maestro Ju: la unión entre lo conocido y lo desconocido, entre lo tangible y lo mágico.
- Tu libro plantea preguntas filosóficas como «¿Qué es la libertad realmente?» o «¿Por qué soñamos?». ¿Cómo surgió el enfoque de abordar temas tan profundos?
Durante la creación de Maestro Ju, me encontré cuestionando muchas de las ideas que damos por sentadas en la vida cotidiana. Empecé a sentir una necesidad de explorar esos conceptos que, aunque parecen simples, contienen una profundidad inmensa cuando los miramos desde una perspectiva más interna.
La verdadera libertad está relacionada con el autoconocimiento, con liberarnos de las limitaciones que nos imponemos y de los miedos que nos detienen. Esa reflexión me llevó a querer compartir estas ideas en el libro, no con respuestas cerradas, sino planteando preguntas que inviten al lector a hacer su propio viaje.
Este enfoque surgió porque esas preguntas también eran las que yo me estaba haciendo durante la creación del libro. Maestro Ju refleja ese diálogo interno entre lo filosófico, lo espiritual y lo cotidiano, y mi esperanza es que inspire a los lectores a embarcarse en su propio viaje de descubrimiento.
- ¿Qué retos encontraste al exponer una obra tan personal y reflexiva? ¿Sentiste alguna inseguridad al compartir tus pensamientos más íntimos con el mundo?
Exponer una obra tan personal y reflexiva como Maestro Ju fue un reto significativo en muchos niveles. Al principio, me invadió una sensación de vulnerabilidad, ya que el libro refleja una parte muy íntima de mis propios sentimientos. Compartir esos sentimientos, que nacen de lo más profundo de mi ser, significaba abrirme al juicio, a las críticas y a las opiniones de los demás, algo que siempre genera cierta inseguridad.
Uno de los mayores retos fue precisamente esa lucha interna entre la necesidad de expresar mi verdad y el miedo a cómo sería recibida. Cuando estás creando algo tan personal, te preguntas si las personas lo entenderán, si conectarán con lo que has vivido, o si lo verán simplemente como una obra más. Es un proceso en el que dudas de ti mismo, de si realmente tienes algo valioso que compartir.
Sin embargo, fue en ese mismo proceso donde encontré la fortaleza de mi familia, apostando por mí y mi sueño. Me di cuenta de que, aunque pudiera haber inseguridad, el mensaje de Maestro Ju era más grande que esos temores. Entendí que, si lo escribía desde el corazón, siempre habría alguien que lo valoraría y encontraría en él una conexión, una reflexión o una inspiración. Ese fue mi motor para seguir adelante, para dejar a un lado el miedo y confiar en que lo que tenía que compartir podría hacer eco en otras personas.
En resumen, aunque exponer mis pensamientos más íntimos me generó dudas e inseguridad, también me permitió crecer. Me enseñó que la autenticidad es lo más poderoso que podemos ofrecer al mundo, y que compartir nuestras experiencias puede no solo sanar a quien las lee, sino también a quien las escribe.
- El arte suele ser un camino difícil para muchos. ¿Te ha sido fácil vivir de tu pasión o has enfrentado obstáculos para equilibrar tu vida artística y personal?
El camino del arte nunca ha sido fácil. A menudo, la duda interna y el miedo al fracaso son compañeros constantes en este camino. Sin embargo, lo que me ha mantenido en pie ha sido, mi visualización a donde quiero llegar y tener el objetivo muy claro de cuál es mi meta para lograr.
La creación de Maestro Ju fue un nuevo comienzo para mí, y con ello, también llegó el reto de dejar atrás una vida más convencional, con un trabajo estable, para dedicarme completamente a este proyecto de escribir y crear. Pero en ese proceso de renuncia, también encontré libertad. Aprendí que, cuando trabajas desde el corazón, aunque el camino sea difícil, hay una satisfacción interna que compensa cualquier obstáculo.
- Mallorca parece haber jugado un papel importante en tu vida. ¿Cómo influyó tu experiencia allí en tu obra y en tu visión artística?
Mallorca ha sido un lugar clave en mi vida, me recibió con su luz única y una energía especial que de inmediato me hizo sentir en casa. Conocí a Patricia y llegaron Mar, Miguel Angel y Mia.
Encontramos nuestra casa de campo, nuestro bosque encantado de donde nace la magia de mi despertar, me dio la oportunidad de hacer una pausa y desconectarme del ruido externo y comenzar a escuchar más mi voz interna. De ahí salió la idea de Maestro Ju, un proyecto que nació de esa calma y conexión con el entorno.
- Para aquellos que están empezando su propio viaje de autodescubrimiento, ¿qué les recomendarías al enfrentarse a preguntas difíciles como las que planteas en tu libro?
Para quienes están comenzando su propio viaje de autodescubrimiento, lo primero que les recomendaría es que se den permiso para sentir y aceptar la incertidumbre. Hacer preguntas profundas como las que planteo en Maestro Ju, del tipo «¿Qué es la libertad?» o «¿Por qué soñamos?», puede ser intimidante al principio porque no siempre hay respuestas inmediatas o claras. Pero eso está bien, porque el proceso de descubrir quiénes somos no se trata de encontrar respuestas definitivas, sino de explorar las preguntas y lo que ellas nos hacen sentir.
También les diría que sean pacientes consigo mismos. El autodescubrimiento es un proceso que no tiene un punto final; es un camino que se va construyendo con el tiempo. A veces las preguntas difíciles pueden no tener respuesta inmediata, y eso es parte del viaje. Lo importante es seguir caminando, confiar en que cada paso te lleva más cerca de entenderte a ti mismo.
Finalmente, los animaría a ser valientes. Enfrentar preguntas profundas requiere coraje, porque a menudo nos obligan a ver partes de nosotros mismos que tal vez han estado esquivando. Pero esos momentos de confrontación interna son los que más nos ayudan a crecer.