- ¿Qué te inspiró a escribir «Gestando Estrellas Pariendo Raíces» y cómo surgió la idea de entrelazar la experiencia de la maternidad con una visión holística de los chakras?
Comencé a escribir los capítulos como una forma de acompañar a algunas mujeres gestantes a la distancia y porque sentía mucha necesidad de aterrizar, mediante la escritura, todos los conocimientos que iba adquiriendo en mi formación y experiencia como doula. En el primer taller prenatal que di a un pequeño grupo de embarazadas (en 2014) se me ocurrió diseñar las sesiones a través de la guía de los chakras y desde ahí no paré de trabajar, enriquecer y darle más sentido a ese “viaje de la coronilla al periné” como una forma de tratar múltiples temas que abarcan al ser humano de una forma integral, es decir, interconectando los aspectos físicos de la etapa perinatal, con los emocionales, los psíquicos y los espirituales.
- Tu libro explora en profundidad la experiencia de ser madre desde una perspectiva única. ¿Cómo crees que la maternidad puede ser una oportunidad para el autoconocimiento y la evolución personal, y qué impacto esperas que tenga en las lectoras?
La maternidad es un rito de paso. Es decir, pasas de una etapa vital a otra. Se transforma tu cuerpo, tu cerebro, cambian tus prioridades, tus rutinas, tus dinámicas familiares, tus vínculos…En esta sociedad hay muchos mensajes sutiles o explícitos que nos llevan a desear ser madres sin dejar de ser las que éramos, pretendiendo que nuestro cuerpo siga como antes, que podamos lo más pronto posible volver a trabajar o salir a tomar unas cervezas. Esto es lo deseable o esperable según como está montada la sociedad y los valores que la rigen. Y entonces nos perdemos mucho de la transformación a la que nos invita el hacernos madres: poner la atención y el foco en el cuidado de la vida, en nuestro ser mamífero, en el aquí y el ahora, en la ternura y la sensualidad, en el redescubrir la vida a través de los ojos de nuestros/as hijos/as. Durante la gestación se abre en la psique de las mujeres una oportunidad de bucear en sus primeros momentos de vida, aquellos que nos dejan huella en el inconsciente. Todo eso hace de la maternidad un momento privilegiado de introspección y evolución personal y este es uno de los mensajes que me gustaría que les llegara a las lectoras. Podemos resistirnos y luchar contra esa ola de cambio o subirnos a la tabla y surfearla, ojalá este libro le sirva de tabla de surf a muchas gestantes.
- ¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste al escribir este libro y cómo lo superaste?
Uno de los mayores desafíos ha sido no soltar la toalla hasta verlo publicado. Han sido finalmente 7 años justos entre que comencé a escribir el texto, aun sin pensar en ese momento que terminaría siendo un libro. Encontrar los tiempos para escribir entre la crianza y el trabajo no ha sido fácil, la verdad. Superar los momentos de crisis creativa, de estancamiento, de llegar a un punto en el que me sintiera cómoda con el contenido…uff, tantas cosas… Publicarlo ha sido un parto, en este caso, de un hijo creativo.
- Tu experiencia como doula y tu formación en Partería Tradicional parecen haber influido profundamente en tu obra. ¿Puedes contarnos cómo tu trabajo y formación en Perú han dado forma a tu enfoque sobre la maternidad y el parto?
Yo tengo múltiples profesiones. Este libro lo publico como doula, pues es una sistematización de todo lo aprendido en mi formación como tal, en mis lecturas sobre el tema, en la experiencia de acompañamiento a cada madre y a cada familia que me ha elegido, en el trabajo codo a codo con parteras tradicionales y matronas. Mucho de todo esto sucedió en Perú, donde he vivido más de 12 años de mi vida, y aunque a día de hoy también allí las parteras tradicionales están muy criminalizadas, todavía está muy viva la medicina tradicional, el uso de plantas y otros métodos para acompañar al cuerpo en sus procesos, como la maternidad. Durante ese tiempo también accedí a formaciones online con mujeres pioneras en España que han marcado mi camino de doula y que también se reflejan en el libro (Salud Mental Perinatal, con Ibone Olza, Voz en el Parto con Esther Santiago y Movimiento en el Parto con Núria Vives).
- En tu libro, combinas reflexiones profundas con ejercicios prácticos. ¿Cómo decidiste qué ejercicios incluir y cómo crees que ayudan a las lectoras a conectar con su experiencia de maternidad?
Cuando la teoría la pasamos al cuerpo el nivel de asimilación de la experiencia es otra, es más profundo. En esta sociedad donde lo queremos todo rápido y estamos acostumbrados/as a la superficialidad de la razón, me imagino que muchas gestantes leerán el libro sin hacer ninguna práctica y espero que, tal y como está escrito, eso no solo les traiga datos sino también momentos de reflexión, de hacerse preguntas, etc…

Para las que se den el tiempo/espacio de explorar algunas prácticas, creo que va a ser mucho más rico, que pueden tener con este libro una guía para darse unos momentos de parar y poner atención en ese momento tan único y particular que es gestar.
Para las que conecten con la propuesta de fondo del libro yo sé que se van a dar un viaje de introspección profunda, llámale magia o física cuántica, pero estoy segura que se van a mover cosas en sus vidas a medida que avancen en la lectura.
Y esto lo digo con seguridad porque yo lo he vivido conmigo misma y en cada acompañamiento que he hecho bajo este esquema. Todos los ejercicios y prácticas que aparecen las he pasado por mi experiencia y he seleccionado las que me han parecido más complementarias o acordes con el contenido de cada capítulo.
- ¿Hay algún momento o historia personal que compartas en el libro que te haya marcado especialmente y que te gustaría destacar en esta entrevista?
Mis partos. Aunque no los explico con detalle si nombro varios de los aprendizajes que me trajeron. Yo tuve un primer parto no deseado, que terminó con violencia obstétrica en un hospital y un segundo parto en el que recibí a mi hija yo misma en casa antes de que llegaran las parteras. Dos experiencias que me han permitido vivir un gran abanico de las diversas emociones que se mueven cuando traemos al mundo a nuestras criaturas.
- Vivir en dos países tan diferentes como España y Perú debe haber aportado una perspectiva rica y diversa a tu trabajo. ¿Cómo han influido estas culturas en tu enfoque sobre la maternidad y en la forma en que escribiste tu libro?
Cundo llegué a Perú por primera vez, con 21 años, la cosmovisión andina me caló profundamente y le dio mucho sentido a las preguntas existenciales que me envolvían en ese momento. Unos años más tarde me instalé en el país y fui integrando esa visión del mundo en el que la conexión con todos los elementos de la vida nos convierte en una comunidad global que requiere del cuidado mutuo. Esto se entrelazaba con mi formación universitaria en Medio Ambiente. Trabajando junto con las poblaciones afectadas por el extractivismo minero, el sentir la naturaleza como una gran madre, hacía que el absurdo y la violencia de la sociedad que hemos construido se hiciera más insoportable. Eso me llevó a profundizar en la visión del ecofeminismo y a formarme como doula, ya que, como dice Miche Odent: “para cambiar el mundo hay que cambiar la forma de nacer”. El nacimiento desconectado de la naturaleza que somos en una de las causas sociales del deterioro ambiental, sobre esto, que es un tema complejo y apasionante, me encantaría escribir otro libro.
- ¿Qué consejo le darías a las mujeres que están por convertirse en madres y que buscan una forma de conectar con su experiencia de una manera más consciente y significativa?
Pues no es una tarea fácil, pero yo las animaría a escuchar más su voz interna que las voces externas, cualquier paso en ese sentido es un gran paso. Decidir traer vida al mundo es una responsabilidad muy grande y tomarla es muy empoderador. Tomarla significa que priorizo mi bienestar, que me conecto con mis necesidades, con mi intuición e instinto, que aprendo a pedir ayuda cuando la necesito y a poner límites cuando lo de afuera no me está ayudando. Estamos acostumbrados/as a delegar la gestión de nuestra salud en el sistema médico, y por tanto el sistema médico está acostumbrado a tomar las decisiones sobre nuestro cuerpo. Necesitamos resituarnos en este vínculo. El cuidado de nuestros/as hijos/as comienza en el vientre materno, asumiendo que vivimos una fusión con ellos/as y que escuchar a nuestro cuerpo y ser fiel a lo que nos pide, es atender las necesidades de nuestros/as bebés. El sistema médico es el servicio que debe no “controlarnos”, como suele decirse, sino acompañarnos y atendernos en lo que aumente nuestro bienestar y tranquilidad.