¿Qué te inspiró a escribir “El último lector de Ricardo Piglia, Homenaje” y cómo surgió la idea de dedicar un libro a este autor en particular?

Lo comento en el prólogo, fueron varios hechos coincidentes. En primer lugar, para hacerme un regalo de Reyes el 06/01/2017, que estaba en Córdoba, Argentina, el día anterior había repasado las ofertas de las distintas librerías y había observado autores actuales publicados últimamente. Me llamaron la atención los “Diarios de Emilio Renzi”, dos libros, y pensé que no podía tratarse del político italiano, ya que era muy joven. Efectivamente no lo era. El día 06 de enero, en la librería Ateneo de Córdoba, me comentaban que se trataba de un escritor muy bueno. Decidí adquirir sus diarios, y me llamó la atención otro libro: “El último lector”. Con la compra, me decidí a leer un rato en la misma librería, tomando un café y un alfajor.

Cuando fue hora de cerrar, me fui al hotel, el Windsor, y allí en mi habitación me sorprendió la noticia por TV sobre la muerte de Ricardo Piglia. Fue como una señal: yo era el último lector de su libro en vida. Después, al día siguiente, terminado ese libro, adquirí varias novelas que tenían en la librería.

Al ir leyéndolas, es cuando fui decidiendo hacer un homenaje al que es, para mí, el mejor escritor argentino de todos los tiempos.

En tu libro exploras la obra de Ricardo Piglia y otros escritores argentinos. ¿Cómo seleccionaste a los autores y obras que incluiste en el recorrido literario que propones?

El motivo fundamental fueron las citas que hace Piglia sobre muchos escritores argentinos, y por ello, para comentarlos algo más, me decidí a ampliar a todos aquellos que cita. Por ejemplo, a Domingo Sarmiento, su Facundo, del que hablará muchísimo. También toda la obra de Roberto Arlt, de la que es admirador y en varios escritos le rinde homenaje. También a Macedonio Fernández y, por supuesto, a varios contemporáneos como Viñas, Walsh, Puig y Saer.

Como quiera que años antes había leído un libro de bachillerato para conocer autores argentinos de Carlos Loprete, seguí esa línea.

En cuanto a la obra de cada autor en particular, intenté leer toda la posible y localizable. De algunos autores he leído más de una docena de obras.

El autor en la casa museo de Mugica Láinez

¿Qué dificultades encontraste al combinar tu trabajo en la industria de maquinaria con la escritura de este homenaje literario? ¿Cómo equilibraste ambas facetas de tu vida?

Para mí, suponía un escape y un buen entretenimiento el hecho de leer literatura argentina, y una forma también de pasar a otro momento que solo ofrecía felicidad y ningún disgusto.

Piglia es conocido por su metaliteratura y su profunda influencia en la literatura argentina. ¿Qué aspectos específicos de su obra crees que merecen más reconocimiento y por qué?

A quien le guste la metaliteratura, es decir, los comentarios que Piglia dedica a otros escritores, es indudable que el libro citado “El último lector” les va a gustar. Pero también esta forma de narrar está presente en toda su obra. Ya no solo con escritores argentinos, sino con otros muchos. Es sobresaliente los comentarios sobre Cesare Pavese; consiguió una beca del Instituto Italiano y fue hasta el hotel donde se suicidó este gran escritor italiano. Por eso, sobre uno de sus libros capitales, “El arte de vivir”, Piglia comenta que debería haberse llamado “El arte de morir”. Otros escritores de los que trata mucho son Tolstoi, Joyce, Herman Melville, Daniel Defoe, etc.

No obstante, de la forma en que escribe también en sus novelas y cuentos se desprende esta forma de hacer.

En tu experiencia, ¿cuál ha sido el impacto de la economía argentina en la producción y el acceso a la literatura? ¿Cómo crees que estas condiciones han afectado a los escritores y a su obra?

Es una pregunta complicada para mí como espectador. Pero como tengo familia, sí puedo comentar que, como algo generalizado, Argentina ha ido perdiendo valores. Para mi modesta opinión, ha tenido unos políticos nefastos que han buscado más su interés personal que dedicarse a la Nación. La educación desde hace años se ha ido deteriorando de forma general. Creo que en estos últimos veinte años la incultura ha ganado a la cultura general. El respeto que había, etc., se ha ido transformando en una sociedad distinta. Claro que ha influido en los escritores. Piglia trabajaba en EE. UU., un caso importante.

¿Podrías compartir alguna anécdota o experiencia personal que te haya marcado durante tu tiempo en Argentina y que haya influido en tu escritura?

Puedo comentar una sobre la obra de un escritor muy bueno, Múgica Láinez. Una de las obras sobresalientes es “Bomarzo”; es la historia novelada del conde de Orsini, en la época del Renacimiento. Este personaje existió; tenía no muy lejos de Roma sus propiedades y un jardín importante que decidió dotarlo de esculturas.

La novela nace cuando Múgica Láinez visita esos jardines, y es cuando va preparando su documentación para hacer esta célebre novela.

Cuando fui leyendo a este autor, me encantó y decidí visitar esos jardines manieristas. También decidí visitar la mansión que Múgica se hizo en Argentina, que denominó El Paraíso, desde donde firmó varios de sus libros. Hoy se visita como museo. Adjunto fotos.

La literatura argentina tiene una rica tradición y muchos autores destacados. ¿Qué opinas de la percepción global de la literatura argentina y cómo crees que podría ser mejor valorada fuera del país?

De hecho, aquí he visto reeditados varios de los autores importantes argentinos que trato, y es algo que me ha parecido interesante. Obras que ya no se localizaban y, en cambio, han vuelto a editarse.

Creo que este proceso en esta etapa nueva de Argentina podrá vigorizarse más.

¿Qué proyectos tienes en mente para el futuro después de este homenaje a Piglia? ¿Hay algún nuevo tema o autor que te gustaría explorar en tus próximos trabajos?

Estoy escribiendo sobre la línea imperceptible de lo que es mitología e historia. Sobre todo, mucha mitología que, para algunos autores latinos, la escriben y la citan como puntos pasados de historia. Ya se verá.

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