Con La memoria de los justos, Juan A. Pérez nos sumerge en un thriller cargado de misterio y tensión emocional que logra enganchar desde la primera página. La desaparición de Carmen, una mujer mayor en una residencia, despierta de inmediato la necesidad de descubrir qué está ocurriendo, y la intriga no hace más que crecer a medida que avanzamos en la lectura. La novela destaca por su narrativa fluida y atractiva, que convierte cada capítulo en un paso más hacia un desenlace que resulta imposible prever.
La inspectora Lucía Alcaraz, hija de Carmen, se enfrenta no solo al desafío profesional de resolver el caso, sino también al impacto emocional de la situación. Junto al teniente Ricardo Segado, la investigación los lleva a desentrañar secretos sepultados en el tiempo, conectados con una fotografía antigua encontrada entre las pertenencias de su madre. Esa imagen, que se remonta a la infancia de Carmen en la Corvera de los años 50, resulta ser la llave que une dos casos separados por más de sesenta años.
El autor logra un equilibrio perfecto entre el misterio del presente y los ecos del pasado. Los saltos temporales entre ambas épocas están magistralmente hilados, manteniendo un ritmo ágil que no deja lugar al aburrimiento. La historia es fácil de seguir, pero está cargada de detalles y giros que invitan al lector a reflexionar sobre los hilos invisibles que conectan los eventos de ayer con las consecuencias del hoy.
Los personajes son otro de los grandes aciertos de la novela. Lucía es una protagonista carismática y humana, cuya determinación por descubrir la verdad se siente real y conmovedora. Por su parte, Ricardo Segado aporta un equilibrio perfecto, con su enfoque pragmático y su profesionalismo.
La atmósfera de La memoria de los justos es inquietante y absorbente, con descripciones precisas que transportan tanto a los paisajes rurales de los años 50 como a la intensidad de la investigación actual. Este libro no solo destaca como un thriller efectivo, sino también como una reflexión sobre la memoria, la venganza y la necesidad de justicia.
Juan A. Pérez refuerza con esta obra su talento como narrador versátil, ofreciendo una historia que atrapa desde el principio y que se disfruta con cada página. La memoria de los justos es una novela imprescindible para los amantes del suspense y la intriga.
Sinopsis de la obra:
La extraña desaparición de su madre en una residencia para personas de la tercera edad convulsiona la tranquila vida de la inspectora Lucía Alcaraz. No hay testigos, no funcionaban las cámaras, nadie ha visto nada. La inspectora Lucía se encuentra en la obligación de descubrir qué fue de su madre, Carmen, y qué hay detrás de su extraña desaparición. El caso recae sobre el teniente de la Guardia Civil, Ricardo Segado, pero Lucía consigue el permiso de su jefe para participar en el mismo. Un caso que, en poco tiempo, va implicando a más personas que aparecen en una fotografía antigua que guardaba su madre y que encontró Lucía entre sus cosas. Una fotografía que se remonta a la infancia de su madre en Corvera por los años 50. Las muertes que van apareciendo, y que responden a esos niños presentes en la fotografía, llevan a Lucía y a Ricardo a profundizar más en ese pasado de Corvera.
Dos casos separados por más de sesenta años y muchas incógnitas por resolver, donde la huidiza memoria y la venganza pueden jugar un papel decisivo.
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