oscar lopez padros
  • ¿Cómo fue el proceso que te llevó a escribir «El Ángel Gris»? ¿Hubo algún momento en particular que te impulsó a dar el paso definitivo hacia la publicación?

El proceso de escritura fue lento, no te voy a engañar. Yo tengo mi trabajo, mi familia y el tiempo es ese bien tan preciado que tanto nos falta. Mucha gente me ha preguntado cuánto tiempo he tardado en escribirlo y no les puedo dar una respuesta exacta. Escribía cuando tenía un poco de tiempo libre, sin una organización concreta, ni horarios establecidos; voy siempre con una pequeña libreta para ir anotando ideas que se me ocurren y luego pasarlo a limpio… Así trabajaba; un poco caótico, la verdad.

Digamos que El Ángel gris es la segunda novela que escribo, pero la primera que publico. Hace años finalicé la primera; me gustaba mucho la historia y trabajé mucho en ella, pero tenía la sensación de que le faltaba algo: mi experiencia, con lo que me planteé iniciar otra novela para coger rodaje y adquirir hábitos en la escritura. Así nació este libro, como un mero ejercicio para mejorar la primera novela. No obstante, a medida que iba avanzando con el desarrollo de El Ángel gris, me iba gustando más y más hasta que llegué a la conclusión de que quería publicarla. 

  • El protagonista de tu novela tiene una visión del mundo única, marcada por su acromatopsia. ¿Qué te llevó a elegir esta condición como parte esencial de su carácter?

Que alguien pueda percibir un mundo en blanco y negro, a nivel literario, me parecía interesante. Respecto al protagonista, su vida se basa en los extremos, blanco y negro, todo o nada, siempre o nunca; una dicotomía constante. Su capacidad de decisión se reduce solo a dos opciones, no sabe generar otras alternativas, no tiene un término medio. Eso le provoca trastornos mentales, incluso oye una voz en su cabeza que le aconseja a tomar decisiones. Sin embargo, cuando conoce al Ángel Gris descubre otro mundo distinto, ambos extremos cromáticos, el blanco y el negro, pueden juntarse y forman el gris, es decir, se le crea otra vía de decisión, otra alternativa, ese término medio. Entonces, su mundo gira por completo. Porque el gris no sólo es un color.

Al fin y al cabo, los colores son percepciones subjetivas, interpretaciones del cerebro, depende de cómo rebota la luz sobre un objeto. Es decir, somos nosotros quienes “pintamos”, o interpretamos, las cosas de colores. Entonces, alguien que no puede percibir ese rebote de la luz sobre las cosas, como nuestro protagonista, ¿cómo ve la realidad? ¿La ve en su forma natural? ¿Es una verdad desnuda? Así lo siente él.

  • ¿Qué papel juega la música en «El Ángel Gris»? ¿Crees que es una herramienta narrativa que añade una capa más de profundidad a la historia?

Quería que la música fuera fundamental en la historia; quería que ambas disciplinas, la literatura y la música, se cohesionaran. La música no solo es una fiel acompañante de la novela, sino que también ayuda al protagonista en varias situaciones: calma sus trastornos mentales, también ayuda a conocer a los personajes, avanza con la trama; crean esa capa de profundidad que comentas.

Además, el jazz, el género que domina el protagonista, tiene ese punto de improvisación, de locura, esa posibilidad de desviarse de la senda que le había preparado yo como escritor, con lo que le otorga una mucha incertidumbre.

Hace unas semanas publiqué en mi perfil de Instagram una playlist en Spotify donde aparecen todas las canciones que se mencionan en la novela para que el lector pueda escucharlas mientras sucede la acción.  

  • Mencionas que los personajes a veces toman el control de la historia. ¿Cómo viviste esa experiencia al escribir esta novela?

Pues la viví mal. No, ahora en serio. Al empezar a escribir El Ángel gris tenía en mente un pequeño esbozo de los personajes, nada más, cuatro detalles contados de lo que quería de ellos. Para un autor novel eso es una temeridad, hay que prepararse y conocer bien a todos los personajes, principales y secundarios, crearles una biografía extensa, aunque luego no aparezcan todos esos datos en la novela, pero, sinceramente, eso fue intencionado. Por ponerte un ejemplo, quería que el protagonista, el saxofonista el cual no conocemos su nombre en toda la novela, quería que fuera algo más sombrío, más obcecado con la verdad, mucho más serio. Pero en las primeras líneas aparecieron una ironía y un sarcasmo que no le había imprimido de inicio. A pesar de que le quise encauzar, él seguía a lo suyo: a esa indiferencia hacia el resto de la gente, con sus preocupaciones reales sobre la realidad; distaba muy lejos de cómo me lo imaginé yo al principio. La cuestión es que me gustó mucho el carácter que iba tomando el personaje y así avancé, notando ese libre albedrío que  tenía el saxofonista. Parece algo irreal, que no podamos controlar a los personajes, pero fue así.

oscar lopez padros
Óscar López Padrós, autor de la obra.
  • Como escritor debutante, ¿qué desafíos enfrentaste durante el proceso de creación y publicación? ¿Hubo momentos en los que dudaste de ti mismo?

Siempre dudo de mí. Me considero una persona exigente y perfeccionista, pero sin creer en la perfección, y eso, ya de por sí, es frustrante. Siempre me exijo más de lo normal. Ese ha sido, tal vez, uno de mis mayores desafíos, o problemas. Además, el hecho de no tener establecidos unos horarios para escribir y una organización previa por falta de tiempo, provocaba que estuviera días seguidos sin escribir, con lo que, al volver a coger el hilo de la escritura y, error mío, lo reconozco, tuviera que revisar lo escrito anteriormente y, por lo tanto, tenía la sensación de no avanzar. Eso, al menos, ya no me está pasando con la nueva novela.

Y luego está, lo que hemos comentado antes, la pérdida de control del personaje. Aunque era intencionado, no sabía adónde me iba a llevar.

  • Además de escribir, haces reseñas de libros en redes sociales. ¿Cómo influyen tus lecturas en tu forma de narrar historias?

Leo de todo, no me cierro a ningún género, y creo que eso es algo positivo. Soy como una esponja, absorber y conocer todos los estilos posibles para aprender a escribir mejor. Es cierto que tengo mis preferencias, sobre todo novela negra, y de ahí pueden salir mis influencias. El estilo de cada uno se adquiere así, observando a otros autores, conociendo todos los géneros. 

  • «El Ángel Gris» tiene una fuerte conexión con el mundo del cine clásico y el jazz. Si tuvieras que imaginar una adaptación cinematográfica, ¿cómo te gustaría que se representara visualmente esta historia?

La novela está repleta de referencias, guiños, al cine negro clásico, donde aquel lector aficionado a este género cinematográfico puede encontrar con facilidad. Respecto a si se hiciera una adaptación al cine, primero de todo, sería un honor para mí. En cuanto a cómo me la imaginaría, obviamente, en blanco y negro. Para mantener la esencia de la novela, la película debería ser rodada desde el punto de vista del protagonista, es decir, la cámara serían sus ojos; todo lo que vé sería en blanco y negro. Pero entiendo que adaptarlo sería complicado de realizar, aunque, si algún director lee esta entrevista y quiere intentarlo me presto a ayudarle en la adaptación.

Cuando escribo una historia suelo reproducirla en mi cabeza como si se tratara de una película. Imagino los decorados, las transiciones, los cambios de cámara, a los personajes suelo ponerles la cara de algún actor conocido para ajustar más su personalidad. Sin embargo, en “El Ángel Gris” no fue así. El propio personaje del Ángel gris es una mezcla de varias actrices como Gene Tierney, Lana Turner, Barbara Stanwyck o Linda Fiorentino. Sin embargo, el personaje del saxofonista nunca le puse una cara reconocible, pero sí había una voz que, para mí, se ajustaba a su forma de ser y era la del actor de doblaje Claudio Serrano. Si alguna vez se hiciera un audiolibro de “El Ángel Gris” me encantaría que lo narrara él. 

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