• ¿Qué fue lo que te motivó a escribir Tantas páginas por escribir? ¿Hubo alguna experiencia personal que te inspirara a contar esta historia de duelo y superación?

Como Irene yo perdí a mi marido por un cáncer, y nuestra vida, la mía y la de mis hijos dio un giro radical. Vivir una experiencia tan dura hizo que expresara lo que sentía en un diario, era una vía de escape que me ayudaba, no solo a plasmar mis sentimientos sino a distraerme durante las horas que estaba en el hospital. Evidentemente, muchas de las tramas que salen en el libro son producto de mi imaginación, pero la historia principal sí está basada en lo que vivimos mi marido y yo.

• Tu novela aborda temas como el amor, la pérdida y las segundas oportunidades. ¿Cómo fue el proceso de equilibrar estas emociones en la trama para mantener una narrativa que sea emotiva pero también esperanzadora?

Equilibrar esas emociones fue un gran desafío. Quería que la historia reflejara la realidad de la vida, donde el amor y la pérdida suelen ir de la mano, pero donde hay un lugar para las segundas oportunidades. Me enfoqué en describir a personajes reales, con emociones auténticas y momentos vulnerables, pero con la capacidad de crecer, evolucionar y encontrar una salida donde parece que no la hay. Para mantener esa sensación de esperanza, cuidé el ritmo de la trama y alterné momentos personales con escenas que mostraban la evolución y el crecimiento de ellos. En definitiva, buscaba que el lector sintiera cada emoción, y que viera en sus propias experiencias esos sentimientos, y, sobre todo, que al terminar el libro se quedara con la sensación de que siempre hay la posibilidad de volver a comenzar.

• Irene, la protagonista, descubre una fortaleza interior que desconocía. ¿Dirías que ese rasgo tiene algo de autobiográfico? ¿Cómo defines la relación entre tus vivencias y los personajes que creas?

Es cierto que hay algo de mí en Irene, aunque no sea una versión literal de mi historia. Como ella, más de una persona hemos pasado por momentos en los que dudamos de nuestra propia fuerza, hasta que la vida nos pone a prueba y descubrimos que somos más resilientes de lo que creíamos en un inicio. Por ese lado, sí que puedo decir que hay una conexión muy personal con la protagonista. No me baso en situaciones concretas de mi vida, pero sí en emociones que he vivido o que he visto en personas muy cercanas a mí. Creo que escribir es, en parte, un acto de empatía; tomo fragmentos de lo que conozco o he vivido y los transformo en historias que, espero, resuenen con los lectores.

• Después de tantos años trabajando en sanidad, ¿cómo crees que tu experiencia profesional ha influido en tu forma de escribir, especialmente al abordar temas como la enfermedad y las relaciones humanas?

Trabajar de cerca con personas en momentos de vulnerabilidad me ha permitido comprender la complejidad de las emociones humanas: el miedo, la esperanza, la resiliencia. Me ha dado una perspectiva más profunda sobre la fortaleza y la fragilidad del ser humano. Al abordar temas como la enfermedad y las relaciones humanas en mi novela, quise reflejar esa sensibilidad, mostrar que detrás de cada historia hay una lucha, pero también una enorme capacidad de superación. A lo largo de los años, en mi trabajo he visto cómo las conexiones humanas pueden marcar la diferencia en la vida de alguien, y eso es algo que se refleja en la novela a través de la amistad, el amor y la empatía.  

Tantas páginas por escribir. Obra de A. Peiró.

• Esta no es la primera vez que colaboras en un proyecto literario, pero sí es tu primera novela en solitario. ¿Cómo fue ese salto de participar en libros colectivos a crear una obra completamente tuya?

Fue un salto desafiante, pero también muy enriquecedor. En los proyectos colectivos, hay un intercambio constante de ideas y una sensación de acompañamiento que hace que el proceso sea más dinámico. En cambio, escribir una novela en solitario implica enfrentarse a la historia de una manera mucho más íntima y profunda. Cada decisión narrativa, dependía completamente de mí, lo que pese a ser emocionante también un gran reto. Al mismo tiempo, esa libertad creativa me permitió explorar mi voz de una manera más auténtica. Pude desarrollar a los personajes con el tiempo y el detalle que necesitaban, construir un mundo propio y darles el espacio para crecer. Fue un proceso de autodescubrimiento tanto a nivel creativo como personal.

• En Tantas páginas por escribir, Irene tiene una «voz interior» que le advierte de sucesos futuros. ¿Qué significado tiene este elemento en la historia y cómo conecta con el mensaje que quieres transmitir al lector?

La ‘voz interior’ de Irene es un elemento clave en la historia, porque no solo funciona para anticipar ciertos sucesos, sino que también simboliza la intuición, los miedos y las certezas que muchas veces ignoramos en la vida real. En ocasiones, ya sabemos lo que debemos hacer o hacia dónde nos dirigimos, pero nos cuesta escucharnos. A lo largo de la novela, Irene aprende a interpretar y confiar en esa voz, lo que refleja uno de los mensajes principales del libro: la importancia de la confianza en uno mismo. No se trata de cómo nuestras emociones pueden ayudarnos en las decisiones si nos escuchásemos más.

• Vivir del arte es un desafío para muchos autores. ¿Cómo ha sido tu experiencia publicando esta obra? ¿Qué obstáculos has encontrado en el camino y cómo los has superado?

Vivir del arte, y en especial de la literatura, es un desafío constante porque implica no solo escribir, sino también moverse en un mundo editorial que puede ser complejo y competitivo. Uno de los principales obstáculos fue desde encontrar la editorial adecuada hasta el miedo a cómo sería recibida la historia. Aprendí a confiar en mi voz, esa voz de la que habla Irene en la novela, y en el valor de mi historia. Y algo que me ha ayudado mucho es rodearme de personas que creen en el proyecto, y aceptar las críticas que hacían como una aportación a la mejora de la novela y, sobre todo, a disfrutar del proceso. Para mí, lo más importante sigue siendo conectar con los lectores y seguir creando historias que emocionen.

• Si tuvieras que describir con tres palabras lo que esperas que los lectores sientan al terminar tu libro, ¿cuáles serían y por qué?

– Esperanzaporque la historia nos relata cómo, incluso en los momentos más difíciles, siempre hay una oportunidad para seguir adelante.

– Amistad: porque la amistad y el amor son pilares fundamentales en la trama, igual que en la vida real. Pienso que los lazos que creamos con los demás nos ayudan en momentos difíciles y nos hacen ser mejores.

– Evolución: la protagonista vive un viaje de crecimiento personal que refleja el poder del cambio y la fortaleza interior que todos llevamos dentro.

Me encantaría que los lectores terminen el libro sintiendo que, al igual que Irene, o yo misma, ellos también pueden superar sus propios retos y encontrar nuevas oportunidades en su camino.

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