Tu obra transporta al lector a un mundo en el que las reglas de la realidad parecen alteradas. ¿Cómo fue el proceso de construir Villa Edén y qué desafíos enfrentaste al darle vida a este escenario tan particular?
Bueno, todo no está acabado, ya que, de alguna forma, mi interés está por pasar a otro escenario un poco más atractivo: el cine. La idea de hacer una película de esta novela sería un plan muy ambicioso por mi parte, pero los personajes, los vestuarios, los autos y todo el complejo mundo de una buena imagen ya lo visualizo, desgraciadamente, sin ayuda de profesionales. Estoy seguro de que, tras leer la novela, esta idea de llevarla al cine podría entusiasmar a grandes productores, guionistas, directores y actores de nuestro país.

Los viajes en el tiempo, los mundos alternativos y lo sobrenatural son elementos que suelen fascinar a los lectores. ¿Qué aspectos de estos temas te resultan más atractivos a la hora de escribir?
La novela no está acabada; existe una cuarta parte en la que hablo de mundos en otros universos. No quiero que nadie piense: «¿Por qué pluralizas?». Todo en la mente humana trabaja sin cesar: fantasía, o tal vez, posible realidad. Un universo en expansión que, sin determinar su forma, hace una mención a tantos escritores de novelas fantásticas, como por ejemplo Julio Verne. Sé que muchos dirán: “Tú no eres ese personaje, ¿verdad?”. No, ni tampoco estaría seguramente a su altura.

En tu novela, el protagonista depende de la ayuda de otros para sobrevivir en un mundo hostil. ¿Crees que esta idea refleja, de alguna manera, experiencias personales o una visión particular sobre la importancia de la colaboración?
Así lo creo. Todos necesitamos ayuda para hacer que nuestras vidas sean más útiles al mundo que nos rodea.

Tu biografía muestra que has vivido experiencias muy diversas, desde la ingeniería hasta el circo. ¿Cómo influyen estas vivencias en tu manera de construir personajes y narrar historias?
Hablar de algo que me llena de grandes recuerdos me remite a los actores que interpretaban su obra maestra sobre un escenario. A veces entre la sonrisa de los niños con aquellos payasos, y la mirada de pavor al ver a un funambulista cruzar sobre un cable de acero, dejando lágrimas en los ojos de familiares que veían horrorizados la caída de uno de sus miembros. Pero lo más destacado era la presencia de la reina de los pajaritos, muchos la recordarán. Fue una gran amiga y, por supuesto, una gran artista que con gran esfuerzo un día creó una canción que aún se escucha por todo el mundo.

villa eden
Obra de La Pluma del Norte.

El humor tiene un papel en tu novela, a pesar de que hay elementos de tensión y drama. ¿Crees que el humor es una herramienta esencial en la literatura, incluso en los relatos más oscuros o fantásticos?
El humor está presente en todas mis novelas. Es algo que hace que el lector sienta curiosidad por conocer anécdotas curiosas, palabras en un lenguaje coloquial como el que se habla en Granada, con terminaciones particulares, como por ejemplo “Tráeme el pipo”, que significa “botijo”, y así muchas jergas más.

Has publicado varios libros de distintos géneros. ¿Cómo decides qué tipo de historia escribir en cada momento? ¿Sigues alguna inspiración en particular o te dejas llevar por la creatividad del momento?
Ya lo dije antes: crear está en la mente, y solo nos queda la forma de plasmar ese trabajo. La agencia de detectives en la ciudad de Turku 1943 es uno de mis planes más ambiciosos, ya que hago novelas por capítulos. “El talismán olvidado” es la tercera entrega, que los lectores asiduos de Amazon pueden leer. Curiosamente, he escrito un personaje muy humorístico en El taxista sin frenos, obra dedicada a mi hermano José Ángel y al supuesto taxista. El humor está presente en toda la novela.

«El hijo del Maletero» es otro de tus libros, donde relatas historias personales y familiares. ¿Cómo fue el proceso de escribir sobre tu propia vida en comparación con crear un mundo totalmente ficticio como el de Villa Edén?
El hijo del maletero es una autobiografía en la que cuento prácticamente mi infancia, llena de tropiezos y gamberradas de un niño de clase media. Son anécdotas curiosas con las que muchos niños podrían sentirse identificados. Villa Edénnació bajo el sueño del Lolo: su tebeo, las películas de aquella época… Esta historia está ubicada en Málaga. Mi padre es natural de esa localidad andaluza y, como todo padre, lo que más quería eran sus hijos. En este caso, mi hija Patricia ha sido pieza clave para inspirarme a escribir en los momentos más duros que atraviesa la humanidad tras el coronavirus, las guerras y desastres naturales como terremotos y volcanes.

Si tuvieras que describir «Villa Edén» en una sola frase para atrapar la atención de un lector que aún no conoce tu obra, ¿cuál sería?
Una ciudad ajena al tiempo, personas que se comunican extrañamente, y, tal vez, lo más significativo: esta ciudad es la ventana a mundos maravillosos que el lector podrá conocer… claro está, si lee toda la obra.

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