• Tu biografía tiene un tono muy mágico y literario. ¿Cómo fue el momento en el que decidiste que querías contar historias y darles un nuevo enfoque?

Fue algo que se presento porco a poco, el origen esta en mi trabajo diario…se nos ocurrió la idea de hacer algo para que personas (niños y sus papas) que nunca habían venido a un centro de acogida (lugar en el que trabajo) vinieran. Y lo que se nos ocurrió fue hacer cuentos adaptados y que los contaran las propias personas acogidas. Rápidamente me puse a adaptar el cuento d ellos tres cerditos por el problema de la vivienda…y después de uno vino otro y otro…y todos salían de manera natural. Nunca pensados para publicar…eso vino después.

  • Llevas casi 30 años trabajando con personas en situación de exclusión. ¿De qué manera esa experiencia ha influido en los cuentos que escribes?

Mi trabajo me ha enseñado en que muchas veces, muchas, las cosas no son lo que parece. Vivimos en una sociedad que juzga por lo primero que ve, que no profundiza, que sentencia casi a la primera sin conocer historias, razones , motivos….y eso deja fuera a muchas personas a las que si nos paramos a conocer tal vez la situación seria diferente. Por eso me parece importante no quedarnos con lo primero que “se nos cuenta”….¿y si las cosas no pasaron así?. A veces nos jugamos mucho por esa manera de juzgar, de valorar…

  • Tu libro «Ahora cuéntame un cuento que sea real» toma personajes clásicos y los reinventa. ¿Cuál de estas historias te ha resultado más especial o desafiante de escribir?

La verdad es que los cuentos me han resultado muy gratos de escribir. En cada personaje que pretendía cambiar alguien me venia rápidamente a la cabeza, alguien que me facilitaba trasformar esa historia, después llego un momento en que yo misma me veía reflejada, y eso fue hasta terapéutico para mi. Si tengo que elegir uno tal vez la historia de Mocho por mi realidad personal ha sido la que mas me ha tocado. Sobre todo por la necesidad de trasmitir y de sentir ese amor incondicional que siempre se da por supuesto entre padres e hijos, pero que con frecuencia se confunde. Amor incondicional para mi son palabras mayores y creo que es “don” de unos pocos…

Cruz Fernández Heres en la presentación de su obra.
  • En un mundo donde muchas veces se evita hablar de ciertas realidades a los niños, tú eliges mostrarlas sin miedo pero con un lenguaje accesible. ¿Por qué crees que es importante hacerlo?

Porque todo el miedo que tenemos de hablarle a los niños de determinados temas es nuestro…no de ellos. Y porque haciéndolo de la manera correcta creo que el daño al trasmitirles cosas duras o dolorosas es menor que si se lo ocultamos. Además creo que al hacerlo se da un acercamiento entre el adulto y el niño. Creo que lo único que el niño con el tiempo no entendería es que se le ocultaran cosas, sobre todo si pregunta, si lo esta viendo…hablar, contar, acompañar es “medicina para lo que duele en el ama”. Y lo que no se cuenta, el niño se lo imagina…

  • ¿Cómo han reaccionado los lectores, tanto pequeños como adultos, al leer tus cuentos? ¿Te ha sorprendido alguna respuesta en particular?

No me puedo quejar los cuentos están teniendo una aceptación super bonita…la gente reacción de manera tierna, cercana, se sorprenden y creo que se quedan con un ronroneo modo “caricia”. Hay adultos que me han dicho que han llorado, otros se identifican con tal o cual personaje….y otros que me dicen directamente que o entienden como se me pudo ocurrir algo asi. Yo les digo que los personajes de siempre han crecido y…han decidió cambiar el final de sus cuentos. Con los niños es otra cosa…ellos se sorprenden cuando les pregunto si conocen el cuento de los tres cerditos?…todos me contestan que siiii ..entonces les digo pues es cuento es un poico diferente los cerditos han decidido hacer las cosas de otra manera. Entonces se quedan callados y es asi donde yo digo que se puede “sembrar la semillita” de atreverse a cambiar, a cuestionar….siempre buscando la mejor versión….

  • Mencionas que las hadas madrinas y las lámparas maravillosas no siempre hacen su trabajo solas. ¿Crees que los cuentos pueden ser una herramienta para inspirar cambios en la sociedad?

Las hadas madrinas, las lámparas maravillosas  tal y como las conocemos no han hecho su trabajo no…..pero las hadas madrinas y las lámparas maravillosas podemos ser nosotros mismos…a veces para nosotros y otras para alguna persona…Eso es lo que creo. Y pienso que los cuentos son herramientas que ayudan a pensar, que invitan a sentir a mayores y a pequeños…a veces son la forma adecuada de decir cosas que de otra manera no podríamos. Los cuentos son…como el lenguaje del alma…algo asi siento yo.

Obra de Cruz Fernández Heres.
  • Si tuvieras que elegir un cuento clásico para reescribir con tu estilo, ¿cuál sería y qué giro le darías?

Uyyyy tengo varios “picándome en la cabeza»…quieren salir y no veo el momento de abrirles….Desde lo mas clásico que es una princesita  cansada de ser princesa, el príncipe cansado de correr en caballo para salvarlas…..las ranas queriendo ser ranas sin que las besen a ver si se trasforman, y la bella durmiente…que asegura que no se tomo nada para dormir tanto…Hasta alguna que otra ratita cansada de seguir ala flautista de Hamelin…creo que todos ellos pueden estar deseando, un cambio.

  • Por último, para aquellos que aún no han leído «Ahora cuéntame un cuento que sea real», ¿qué les dirías para que se animen a descubrirlo?

Pues….que estos cuentos no son cosa solo de niños, que todos tenemos “muchos cuentos” que cambiar y que si hemos crecido con caperucita y su cestita, el lobo con el soplare soplare, los cerditos construyendo su tres casitas, Aladino y sus deseos, pinocho y sus mentiras, y lecheras que se rompen por estar soñando…Pues que nos atrevamos a comprobar como nuestros amigos de siempre también han crecido y han tenido el valor de enfrentar su destino y cambiarlo…tal vez ahora de adultos también tengan cosas que enseñarnos como de niños.

Yo he caído en la cuenta de que siempre he sido “una caperucita” buena, cuidadora de sus mayores por encima de todo, con lo que eso supone…pero tambien he visto que cuando no he podido mas he sabido cambiar mi historia reinventándome para seguir cuidando de mis mayores de otras formas y sin sentirme “mala” por ello….¿Veis? caperucita puede crecer y no pasa nada. No tenemos por que cargar con tanta etiqueta, tantos roles, que nos amoldan de  por vida….insisto. Todos los cuentos pueden tener otro final…el nuestro…Tambien.

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